[18 de marzo de 2020, Guadalajara, Jal.] El Procedimiento de Repatriación al Interior de México (PRIM), que Estados Unidos y México reanudaron a finales de 2019, le permite a EE. UU. deportar ciudadanos mexicanos al Aeropuerto Internacional de Guadalajara Miguel Hidalgo y Costilla, situado en el Occidente de México. El 19 de diciembre, el primer avión de repatriados de 2019 partió del Aeropuerto Internacional de Tucson. Desde entonces, Guadalajara ha recibido más de 2,200 mexicanos que fueron capturados por la patrulla fronteriza de EE. UU. entre el Sur de California y el límite estatal de Arizona y Nuevo México.
Antes de que se reanudara el PRIM, los mexicanos detenidos en la zona mencionada de la frontera de EE. UU. se deportaban, a meras horas de su detención, a Mexicali o Nogales. Actualmente, la CBP los detiene en ocasiones durante más de una semana para asegurarse de que los vuelos de ICE con destino a Guadalajara estén llenos.
Mediante entrevistas de migrantes deportados a través del PRIM, el Centro Rizoma del Migrante identificó prácticas de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) que violan los derechos fundamentales de los detenidos, a quienes suelen tratar bastante peor que a los prisioneros. Algunos de los migrantes que entrevistamos afirmaron que los tuvieron en celdas tan repletas que sólo contaban con 0.30 m² de espacio propio. En ocasiones, las mujeres tuvieron que dormir en los sanitarios a causa del exceso de personas en las instalaciones. Muchos migrantes afirmaron que no les entregaron pasta de dientes después de la primera lavada y que tuvieron que esperar días antes de poder ducharse.
A los que tienen que recorrer más distancia para llegar al Aeropuerto de Tucson los esposan la noche antes de su vuelo mediante un cinturón de transporte para prisioneros que esposa muñecas, cintura y tobillos. Es un tipo de mecanismo restrictivo que impide el movimiento libre y dificulta de manera considerable comer, dormir, caminar o bien utilizar el baño. Un hombre afirmó que lo esposaron así durante más de 12 horas antes de aterrizar en Guadalajara. Cuando se les esposa de manera demasiado ajustada, los migrantes que llegan a Guadalajara tienen marcas en sus tobillos y muñecas y sufren dolores inclusive horas después de que les quiten las esposas.
El Centro Rizoma del Migrante entrevista a ciudadanos mexicanos que fueron deportados a través del PRIM para determinar si algún abuso tuvo lugar. Además, presenta denuncias en nombre de los que sufrieron alguna violación de sus derechos durante el tiempo en que EE. UU. los detuvo. El Centro Rizoma del Migrante también auxilia a las familias que viajaban juntas cuando se dio la detención para que puedan localizar a sus seres queridos: los conyugues, hermanos o primos que no fueron liberados por la CBP y pudieron ser transferidos al ICE, la Oficina de Detención y Deportación (ERO, por sus siglas en inglés), la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR), el Servicio de Alguaciles de Estados Unidos (USMS, por sus siglas en inglés) o alguna otra agencia.
Notificación del COVID-19
A pesar de la situación cambiante en torno al COVID-19, el PRIM sigue en pie. Al día de hoy, las operaciones aéreas de ICE continúan con las expulsiones y el Gobierno mexicano aún recibe mexicanos deportados de EE. UU. por vías aéreas para trasladarlos a sus estados de origen. El pasado lunes aterrizó en Guadalajara otro vuelo programado de deportados en el que se transportaba a 115 mexicanos.